Últimamente, tengo muchas molestias de estomago y estoy preocupada. Quiero pensar que es una simple gastritis producida por el estrés, la primavera o porque si, pero la verdad es que estoy comenzando a asustarme. En los últimos tiempos, y más concretamente en los últimos tres meses, estoy viviendo una situación muy angustiosa, con mucha tensión fuerte y continuada, y eso luego pasan factura. Por otra parte, estoy en esa edad en la que a mi alrededor están cayendo como moscas.
Siempre he intentado ser positiva, y por muchos problemas que tuviera, y las muchas presiones que ejercieran sobre mi, ya fueran de trabajo o personales, he aguantado el tirón y siempre ha salido el sol. Lo que pasa, es que ahora la percepción que tengo de las cosas y de mi vida, siento que son distintas, ya no desconecto ni de noche ni de día. Yo estoy convencida, que si he sobrevivido todos estos años, es porque los fines de semana me iba a mi refugio de la playa, y ahí cargaba pilas, con esos paseitos, esas cervecitas delante del mar y porque no decirlo, esas cenas divertidisimas con mi grupo de amigos (hoy extinguido).
Esta mañana me he despertado como siempre antes de las 7 (tiene gracia, que cuando estaba trabajando me hacía falta el despertador, y ahora que podría dormir un rato más, me despejo con las primeras luces), me he preparado una bandeja con un te y cuatro galletas como siempre, y nada más tomarlo, se me ha puesto un dolor muy desagradable en la boca del estómago. Tan desagradable, que me he vestido con la intención de irme a urgencias, pero de repente, como ha venido se ha ido el dolor, y ya me he quedado en casa. Lo que si he hecho, ha sido pedir hora para un especialista de digestivo, y tengo cita para dentro de dos semanas. Ahora mismo, me está molestando otra vez, pero no quiero sugestionarme.
Me da mucha rabia, esta situación que estoy viviendo, la angustia de no saber como va a terminar todo (perdón, estoy hablando del juicio que tengo pendiente), si la justicia será justa, si ganará el de siempre, si nos dejarán defendernos o si nos obligarán como la otra vez a pactar vergonzosamente en el pasillo. Yo tengo ganas de luchar, de recuperar mi vida, la vida que he dejado aparcada y que ya no va a volver. A veces creo que si, que ahora es diferente, que no me pueden quitar lo que me pertenece legal y moralmente, pero otras, me desanimo y me preparo para lo peor, porque ejemplos hay para aburrir de que la ley no es igual para todos.
Por cierto, no os he contado nunca una fantasía que me gustaría convertir en realidad antes de morirme: Ir al entierro de mi ex marido.
Imaginad la escena: Ambiente tipo entierro de la serie Sexo en Nueva York. En el cementerio, a poca distancia del duelo, una limusina blanca, de la que bajo yo, guapa (aunque sea vieja, ese día estaré muy guapa), elegante, serena, perfectamente arreglada para cocktail, con una preciosa pamela cubriéndome los ojos, ayudada por un chófer uniformado y acompañada por mis amigas incondicionales. El chófer saca unas copas de cristal finísimo, abre una botella de Dom Perignon, con un elegante ruidito al descorchar y nos sirve una copa, con la que brindamos mientras dura el sepelio. De fondo, una música alegre, unas sevillanas por ejemplo.
Hay que celebrarlo ¡¡¡La bestia ha muerto!!!
Hay que celebrarlo ¡¡¡La bestia ha muerto!!!
En ese momento seré libre por fin.
Un beso para todos y que seáis muy felices
P.D.: Se que últimamente no estoy escribiendo mucho, pero me tenéis que comprender: No tengo el cuerpo para ruidos.
Un beso para todos y que seáis muy felices
P.D.: Se que últimamente no estoy escribiendo mucho, pero me tenéis que comprender: No tengo el cuerpo para ruidos.
Jajajaja. Me apunto a esa "celebración" ya sabes.... En cuanto al resto, no te sugestiones, como bien dices tú, los nervios nos juegan malas pasadas y no son más que eso....nervios que pronto desaparecerán. Un fuerte abrazo, amiga
ResponderEliminarSerá un gran día que no me gustaría perderme, y a poder ser prontito. Creo que me lo merezco y allí espero tenerte a mi lado como siempre.
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