14 mar 2013

MARIO CONDE, PRESENTACIÓN SCD VALENCIA Y ALGÚN RECUERDO

El pasado miércoles 6 de marzo, se presentó en Valencia, en el Hotel Meliá el partido Sociedad Civil y Democracia (SCD). Seríamos unas 100 personas, no más, pero un Éxito, si se tiene en cuenta que ese día y a esa hora jugaba el Valencia, y ya se sabe, que el fútbol rige nuestras vidas ("Pan y Circo"). La verdad es que esto fue un fallo importante de planificación, y una lástima, porque mucha gente se perdió un estupendo, estupendísimo evento cívico. Si alguien está interesado, yo recomiendo ver la entrada que ha hecho http://lajusticiacomoequidad.blogspot.com.es aquí, muy seria y con gran criterio, porque la mía es más personal y literaria. 

Yo no me lo perdí. Estuve allí, disfruté muchísimo y en algún momento, hasta me emocioné por algo que dijo el Sr. Conde y que yo he vivido y me ha afectado directamente., referente al poder judicial y a su  supuesta "independencia".

La introducción corrió a cargo de Ramón Guillén, joven y entusiasta Consejero de Dirección, (Bieeeennnnn), que dio paso a Daniel Movilla, Secretario general del  partido, que habló acerca de la prohibición del mandato imperativo en la Constitución, que para entendernos, supone que cuando votamos y elegimos a un diputado, éste no nos debe nada, no tiene que darnos ninguna explicación de lo que hace, ni nos pregunta a los electores que queremos o que necesitamos. Únicamente está sometido a la disciplina de su partido, con lo que cabría preguntarse: ¿Para que pagamos a tanto diputado?

Y llegamos a donde yo quería llegar: Mario Conde, Presidente de SCD. El escenario (un atril y un cartel) no podía ser más austero y escaso de parafernalia, ni falta que le hacía, cuando alguien tiene carisma, lo llena todo. Como yo no voy a ceñirme a enumerar las propuestas del partido, aconsejo visitar su web http://www.scd.es. Lo que si eché de menos, fue la presencia de medios de comunicación. No hubo ni un mal periodista ni una "mala" televisión, ni siquiera nuestra autonómica Canal 9 (como si ésta tuviera mejores cosas que hacer je je je).


Cuando Mario Conde tomó posesión del atril, allí no se escucho ni una mosca. El silencio fue absoluto. La voz, en un inicio intimista del Sr. Conde, lo llenó todo. No se cuanto tiempo estuvo hablando, pero fue bastante, aunque creo que a todos se nos hizo corto. A mi por lo menos. Comenzó hablando de su pasado, y esa  es la parte que yo mejor conozco, porque debemos ser más o menos de la misma edad (bueno, yo soy más joven), y por razones que no vienen al caso,  le seguí bastante de cerca. Con 24 años aprobó la oposición más difícil de las consideras de élite  Fue Abogado del Estado con el nº 1 de su promoción, trabajó con Juan Abelló en la industria farmacéutica, y luego llegó Banesto y toda la vorágine, cárcel incluida, por no hablar de la dolorosa perdida de su primera mujer Lourdes Arroyo, pero esto lo sabe todo el mundo y está en todas sus biografías.

Yo no quiero entrar ahí. Eso es el pasado, y por supuesto,  ha dejado una huella en su vida ¡Como no! Lo que voy a contar es una tontería sin importancia: Como y donde conocí a Marío Conde en algún momento de los 80:

Cuando empiezo a oír hablar de Mario Conde, estaba recién casada con un "brillante" (pero menos), ganador de otra de las oposiciones de élite de este país (omito por privacidad). Ni que decir tiene, que ni había ni hay comparación posible, a no ser por el esfuerzo que supone sacar una de esas oposiciones y que también lo hizo en un tiempo récord.  Cuento ésto, porque por aquel entonces, estaban muy de moda las sevillanas, y cualquiera que quisiera ser cool (como se diría ahora), tenía que saber bailarlas aunque fuera mal, y acudir a las famosas salas rocieras que proliferaron como hongos. El señor Conde no fue menos, ni yo tampoco.

Para poder ir a bailar tranquilamente con sus amigos, Mario Conde montó en  la calle Lopez de Hoyos de Madrid (muy cerca del primer VIPS que se abrió en España, y también punto de encuentro madrileño), una sala rociera. Creo recordar que se llamaba El Portón, y que en algún momento se abrió al publico, o por lo menos, a cierto público, o con invitación, eso no lo recuerdo bien, porque ha pasado mucho tiempo. Lo cierto, es que una noche, con mi "difunto" marido y sus colegas de profesión, acompañados de sus orgullosisimas y ostentosas esposas, fuimos a ese centro de culto al poder y a las sevillanas (os prometo, que mi ironía es con cariño, aunque sin nostalgia). Por supuesto, alguien de nuestro grupo conocía al Sr. Conde (seguramente más de uno, y por eso estábamos allí), y todos fuimos presentados. Mario Conde estaba en todo su esplendor. Irradiaba encanto, magnetismo, poder, ...... Podría seguir, pero para que, todos me entendéis.

Como he dicho, yo era muy joven, (guapísima según mi padre), bailaba sevillanas bastante mejor de la media habitual (yo diría que las bailaba de escándalo, pero voy a ser modesta), y .....

¡Lo conseguí! Bailé unas sevillanas con Mario Conde.

El nunca lo recordará, y yo nunca lo olvidaré.

Un beso para todos.







2 mar 2013

SANS ESPOIR, HOPELESS, SENZA SPERANZA. PUEDE ESCRIBIRSE EN MUCHOS IDIOMAS, PERO LO TRISTE ES SENTIRLO

Mi hijo y mi nuera se acaban de ir a ver no se que en un centro comercial. Hace una tarde de perros, acabo de enterarme que estoy pendiente de que me machaquen en dos juicios diferentes a los que me ha llevado la mala fe de dos indeseables. Lloro por todas las esquinas de impotencia y de rabia, y se que no me va a servir de nada. Toda mi vida trabajando y guardando como una hormiguita, y presiento que moriré pobre, pobrísima. Me he quedado sola en casa y me he puesto una copa de cava.

Cuando comencé este blog, es cierto que lo hice como terapia, pero como terapia de cosas antiguas, y en clave de humor. Algo así, como quitarme las pulgas de encima, pero (y soy la primera que lo lamento), no cuento más que tragedias (para mi) actuales. Tan de rabiosa actualidad, que la semana pasada las desconocía.

No voy a entrar en el contenido de las demandas (por aquello del secreto del sumario y para no dar pistas), pero os diré que de verdad, mi futuro depende de ellas. Ambas son absolutamente gratuitas, en el sentido de que como ya he dicho, proceden de la mala fe de terceros muy cercanos, que no tienen nada que perder y sobre todo, a uno de ellos lo que le pierden son las ganas de machacarme como sea. Por supuesto, voy a defenderme, pero es duro, muy duro depender del veredicto de alguien que no te conoce, que como mucho echará un vistazo más o menos amplio a las alegaciones de tu abogado, y que si el juicio es a última hora, estará cansado y querrá terminar pronto para irse a casa a comerse un arrocito. No estoy diciendo con esto que no haya jueces justos y preparados. No, estoy diciendo que al fin y al cabo son personas, y que las personas, tenemos días y días, y que han podido tener experiencias personales que les hace tener más cercanía con una parte que con otra, que puede que se sientan (a su pesar) mediatizados por el corporativismo y que también tendrán sus miedos y sus carencias, porque no son ni robots ni super héroes.  Son hombres y mujeres como tu, pero con facultad para decidir sobre ti. ¡Ahí es nada!



Retomo este escrito al día siguiente, porque ayer me vi anegada en lagrimas, y no pude continuar. No se si habréis pasado por un momento parecido y podéis comprender de que hablo y como me siento. No os lo deseo. Da igual que el día sea soleado o que caigan chuzos de punta, que luzca el sol o no, porque para mi es de noche. En momentos como estos, no hay luz que valga, ni ilusión ni descanso, ni mucho menos esperanza.   Cualquier actividad que tenga que acometer, por nimia que sea, me supone un esfuerzo titánico, porque no le veo la utilidad, porque no tengo la más mínima ilusión. No obstante, sigo adelante versión zombi, en parte por inercia, y en parte porque no me puedo permitir el lujo de abandonar. Hay demasiadas responsabilidades que he ido aceptando (o que me han ido cargando) poco a poco y que afectarían a mucha gente. Miro detrás de mi y siento vértigo.

Es una sensación muy extraña, me siento como si estuviera condenada a muerte, y estuviera viviendo este tiempo "de prestado", sabiendo que tengo que pasar por ese corredor (en el sentido más literal de la palabra), el corredor de delante de la sala, donde estas a merced de lo que quieran imponerte. Como ya he pasado por eso, se de lo que hablo y porque forma parte además de mi pesadilla más recurrente.

Hace años (en momentos distintos), dos amigos, uno de ellos muy cercano, decidieron voluntariamente dejar esta vida. ¡Que desesperados tenían que estar!, se quedarían sin esperanza y se quedaron por el camino. Al contrario de lo que dice la gente, que suicidarse es de cobardes, yo pienso que hay que tener mucho valor. Estar muy desesperado desde luego, pero ser muy valiente. muy muy valiente.

Lamentablemente, yo soy cobarde.

Un beso