Como ya dije en mi primera entrada, mi paso por la universidad fue tan divertido como inútil profesionalmente. Jamás he ganado un euro con mi carrera. Eso si, disfruté una barbaridad.
Mi primera idea fue estudiar derecho. Era la carrera que más me atraía, porque le veía salidas, y porque siempre he considerado que tenía dotes para ser una gran abogada. ¡Lástima!, hice caso a quien no debía, y me encontré matriculada en ciencias políticas. Eso, y casarme con quien lo hice, son los dos arrepentimientos más grandes de mi vida.
En mi siempre ha habido contradicciones inexplicables. Por un lado soy muy independiente, y muy avanzada, pero puedo ser muy conservadora en algunas circunstancias (incongruencias: todos tenemos algo que no nos gusta). Si me pidierais una sola palabra para definirme, sería Diplomática. Es cierto que no he podido ganar juicios en los estrados (más bien, mis experiencias como "parte" en los tribunales han sido en general frustrantes), pero creo que mi capacidad de diálogo y negociación si que han ganado juicios no celebrados. ¿Por qué os cuento esto? pues no lo sé, se me habrá ido la olla.
Sí, ya me acuerdo. Iba a contaros, que para independizarme de mis padres (dentro de los límites del momento) y que no se metieran demasiado en mi vida, me busqué un trabajo por las mañanas (aunque parezca mentira, antes buscabas trabajo, y lo encontrabas) e iba a la facultad por las tardes en un estupendo coche de segunda mano que me compré a plazos.
Eran épocas muy reivindicativas, (hay que tener en cuenta que salíamos del franquismo). Los grises entraban a caballo en el campus (y dentro de la facultad también. Recuerdo que un día tuve que esconderme detrás de la barra de la cafetería, entre el fregadero y el arcón frigorífico, porque iban repartiendo sin mirar), y de verdad impresionaban. Había conciertos de cantautores (en general unos petardos), asambleas, algún porrito y como aún no se había descubierto el sida, el único peligro era quedarse embarazada. Todos nos sentíamos muy modernos, muy libres y ...... porque no decirlo, lo que en realidad eramos era unos idealistas que nos pasábamos de ingenuos pensando que podríamos cambiar el sistema. Ja, ja. Como mucho, maquillamos el sistema.
Entre los docentes había grandes diferencias, estaban los grandes catedráticos, auténticos dioses intocables, y los famosos PNN (profesores no numerarios), que eran los malditos, los que daban las clases en los peores horarios, que se apuntaban a nuestras fiestas y que se morían por sacar las oposiciones y tener ellos también sus plazas en propiedad.
Yo tuve una relación con uno de estos profesores. Me encantaba, era inteligente, divertido y entonces me parecía buen amante, pero como yo no tenía mucha experiencia, pues vaya Vd. a saber. El problema, era que yo no era la única, pero...... el tampoco era el único. Así eramos entonces. Pasaron los años y nos perdimos la pista, hasta que hace 5 años, de repente sentí la necesidad de volver a verle, de saber que había sido de él. Puse su nombre en google, y ahí estaba. Páginas y páginas. Era catedrático, no había parado de publicar y había una dirección email a la que escribí sin hacerme muchas ilusiones, pero Ala es grande y enseguida recibí respuesta. Fue emocionante. Como no vivimos en la misma ciudad, quedamos en un punto intermedio. Yo estaba muy nerviosa; ambos habíamos cambiado físicamente, pero fue precioso. No hemos vuelto a vernos, pero hablamos de vez en cuando, y sobre todo, sabemos que estamos y estaremos ahí para siempre (¿puedo decir que nos queremos sin resultar cursi?).
En realidad hoy quería hablaros de como conseguí mi única matricula en mi carrera, pero como ya me he enrollado bastante, eso será otro día.
Hoy me despido. Mañana más. Que seáis muy felices
Eran épocas muy reivindicativas, (hay que tener en cuenta que salíamos del franquismo). Los grises entraban a caballo en el campus (y dentro de la facultad también. Recuerdo que un día tuve que esconderme detrás de la barra de la cafetería, entre el fregadero y el arcón frigorífico, porque iban repartiendo sin mirar), y de verdad impresionaban. Había conciertos de cantautores (en general unos petardos), asambleas, algún porrito y como aún no se había descubierto el sida, el único peligro era quedarse embarazada. Todos nos sentíamos muy modernos, muy libres y ...... porque no decirlo, lo que en realidad eramos era unos idealistas que nos pasábamos de ingenuos pensando que podríamos cambiar el sistema. Ja, ja. Como mucho, maquillamos el sistema.
Entre los docentes había grandes diferencias, estaban los grandes catedráticos, auténticos dioses intocables, y los famosos PNN (profesores no numerarios), que eran los malditos, los que daban las clases en los peores horarios, que se apuntaban a nuestras fiestas y que se morían por sacar las oposiciones y tener ellos también sus plazas en propiedad.
Yo tuve una relación con uno de estos profesores. Me encantaba, era inteligente, divertido y entonces me parecía buen amante, pero como yo no tenía mucha experiencia, pues vaya Vd. a saber. El problema, era que yo no era la única, pero...... el tampoco era el único. Así eramos entonces. Pasaron los años y nos perdimos la pista, hasta que hace 5 años, de repente sentí la necesidad de volver a verle, de saber que había sido de él. Puse su nombre en google, y ahí estaba. Páginas y páginas. Era catedrático, no había parado de publicar y había una dirección email a la que escribí sin hacerme muchas ilusiones, pero Ala es grande y enseguida recibí respuesta. Fue emocionante. Como no vivimos en la misma ciudad, quedamos en un punto intermedio. Yo estaba muy nerviosa; ambos habíamos cambiado físicamente, pero fue precioso. No hemos vuelto a vernos, pero hablamos de vez en cuando, y sobre todo, sabemos que estamos y estaremos ahí para siempre (¿puedo decir que nos queremos sin resultar cursi?).
En realidad hoy quería hablaros de como conseguí mi única matricula en mi carrera, pero como ya me he enrollado bastante, eso será otro día.
Hoy me despido. Mañana más. Que seáis muy felices
Fántastica historia, una vez mas ¡¡¡¡ Me estoy volviedo adicta a tu blog ¡¡¡¡. Sigue publicando. Un beso.
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