Después de mas de seis años trabajando en mi última empresa, mi entonces jefe, decide que la quiere vender, y que si hay pocos empleados, la venderá mejor. Solución: Se maquilla la conta y me hace un bonito "Despido Objetivo".
Yo, que soy luchadora por naturaleza cuando se que tengo razón, le demando. Vamos a Magistratura, y Su Señoría tiene a bien darme la razón. Sentencia firme con "Despido Improcedente" y salarios de tramitación.
Pero ...... Ahhh, la ley tiene sus puntos negros, y también se le reconoce a la empresa la facultad de la readmisión. Recibo un bonito burofax para que me reincorpore a mi puesto de trabajo, y allá que me voy. Cuando llego, me está esperando con dos abogados (¿para que dos? ¿Tanto miedo me tiene? Está claro, las malas personas son cobardes). En fin, que en el mismo acto me vuelve a despedir.
De esto han pasado tres meses, y no he visto un euro. La empresa no me ha pagado nada, reclamación de cantidad al canto, y el SEPE, antes INEM, ha paralizado mi prestación de desempleo hasta que aclaren vaya Vd. a saber que con mi empresa.
Hoy he estado en el SEPE con la famosa "cita previa" por octava vez para ver como iba mi expediente. Impresionante, aún no han resuelto nada. Por supuesto, este mes tampoco cobro, y ya veremos el próximo.
¿De que se creen que vive la gente?
Me siento muy frustrada, porque los temas administrativos, sean del tipo que sean, te dejan indefensa. Es como darte con un muro. Hemos cambiado de siglo, montones de avances tecnológicos, médicos, de todo tipo, pero la burocracia sigue siendo opaca para el ciudadano. A veces te encuentras con funcionarios de buena voluntad, pero sin autonomía resolutiva, y como lo saben, saben que no pueden resolver nada, pues eso, no hacen nada, y tu te vuelves a tu casa aturdido y con cara de imbécil. Esta mañana, mientras esperaba mi turno, me acordaba de ese chiste de una persona que se encuentra un tricornio, se lo pone, e inmediatamente le entran ganas de liarse a mamporros con todo el mundo. Así me sentía yo, y no me hacía falta ponerme un tricornio.
Cuando estaba en la universidad, estaba de moda Kafka, y por supuesto, yo, entre otros libros, leí El Castillo. No exageraba nada. Real como la vida misma.
Siento que hoy el tema ha sido muy serio, pero os prometo algo mas ligero la próxima vez. Sed comprensivos con una pobre parada, que este mes tampoco cobra.
Hoy me despido. Mañana más. Que seáis muy felices
Es mucho mas real que la vida misma ¡¡¡¡ Estas situaciones nos desbordan, pero tú eres una mujer fuerte y no te vas a rendir facilmente. Animo luchadora. Un beso -
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